Comunidad Autosustentable

Para poder emprender con éxito y hablando desde mi experiencia personal, hay dos factores importantes a tomar en cuenta: 

1. Asumir que el camino deberá caminarse sola.
2. Contar con una Comunidad Autosustentable.

Y sí, se lee incongruente, pero vamos desmenuzando paso a paso y detalle a detalle cada uno de estos conceptos.

Emprender es un viaje a lo desconocido, un camino lleno de subidas y bajadas, baches, topes, semáforos que no siempre marcan luz verde y obstáculos o accidentes de tránsito que en su momento parecen difíciles de superar. Un viaje para valientes, en el que se empieza acompañada de amigos, familiares y personas especiales que están siempre ahí, aportando ideas, conceptos diferentes, emitiendo opiniones y juicios (aunque estos vengan cargados de las mejores intenciones), pero siempre habrá quien esté ahí para dar su opinión, para hacernos sentir acompañadas. Lo increíble de este fenómeno es que entre más tomamos en cuenta estos comentarios y buenas intenciones, más nos alejamos de nuestra idea original y, por ende, más de nuestro sueño exactamente como lo soñamos.

Y sí, emprender es un camino que por estas razones debe caminarse sola. 

Nadie más que nosotras mismas sabemos exactamente hacia dónde queremos ir, qué tan lejos queremos llegar. Si perdemos el rumbo, perdemos también lo más importante, la esencia, lo que hace único nuestro producto o servicio, lo que nos distingue de los demás, lo que nos mantiene motivadas y no permite que nada ni nadie detenga nuestra carrera. 

Pero así como es importante tener claro esto, también es importante saber que si contamos con una comunidad que camina siempre a nuestro lado y nos ayuda a llegar a la meta, nuestro camino se volverá mucho más transitable.

Para ello, no es suficiente sólo contar con una comunidad de mujeres haciendo lo mismo, lo más importante es contar con una comunidad autosustentable, una comunidad de mujeres en la misma línea, en el mismo camino y con la misma fuerza, una comunidad en donde los emprendimientos dejan de lado el mal interpretado concepto de competencia y se basan en esta increíble idea de crecimiento en conjunto, a través de una sencilla pero poderosa acción: ¿Qué puede hacer mi emprendimiento por el tuyo para que éste crezca y qué puede hacer el tuyo por el mío para que éste crezca también?

Un trabajo que parte desde la raíz del interés genuino por esa mujer a la que me he dado la oportunidad de conocer su camino, su historia de vida y empatizo con ella, que se vuelve mi amiga, mi hermana y mi compañera de mil batallas y que así como ella, conecto con muchas más. De esta manera crecemos como mujeres, desarrollamos esa mejor versión de nosotras mismas y así de la mano crecen también nuestros emprendimientos, nos damos la mano y hacemos ver ridícula y obsoleta aquella frase que algún día escuché: “NO HAY PEOR ENEMIGO DE UNA MUJER QUE OTRA MUJER”. Frase que en algún momento alguien utilizó para convencerme de que mi trabajo como líder de comunidad sería en vano. Y aquí estamos, a casi dos años de empezar el sueño más bonito de mi vida, y sí, sola en los momentos precisos pero siempre acompañada de mis mujeres, mis MUJERES CHINGONAS. 

Margarita López Kneeland 

Mujeres Chingonas 

Socia Fundadora