El Duelo como Camino de Sanación: ¿Estás Listo para Transformar tu Dolor?
AutoguíaHace poco, durante una caminata con una amiga que no veía en años, surgió una conversación inesperada. Me confesó que estaba retomando su vida tras un doloroso divorcio, y cuando mencioné mi especialidad en tanatología, se sorprendió. “Pensé que eso solo era para quienes han perdido a alguien por muerte,” me dijo, con la voz cargada de confusión. Para ella, tanatología significaba muerte y tristeza; nunca lo había relacionado con sus propias experiencias de pérdida.
Ese momento me hizo darme cuenta de cuánto desconocemos sobre el duelo. Le expliqué que la tanatología no es solo para acompañar la muerte, sino cualquier tipo de pérdida: desde la emocional, hasta la económica o la pérdida de propósito. Todas merecen ser tratadas, y muchas veces no nos damos cuenta de cuántos duelos llevamos encima, bloqueando nuestro bienestar. Años de duelo no resuelto pueden afectar nuestra salud física y emocional, dejando una huella invisible pero profunda.
Le hablé de las cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, según Elisabeth Kübler-Ross. Le expliqué que la aceptación no es olvidar ni dejar de sentir, sino aprender a vivir con la ausencia de lo que se ha ido. La vida cambia, pero eso no significa que todo deba ser oscuridad. El duelo, si lo enfrentamos, puede llevarnos a una renovación increíble.
Usé algunas analogías que me han ayudado en mi práctica. Si el duelo tuviera un olor, sería a tierra mojada: ese aroma nostálgico y melancólico, pero lleno de promesas, como la vida que brota después de la tormenta. Y aunque el dolor sea inevitable, cada pérdida trae consigo un gran aprendizaje. No se trata de resignarse, sino de aprender a vivir con las cicatrices.
Mi amiga rompió en llanto. En ese momento supe que había abierto un espacio para su dolor, un espacio que muchas veces necesitamos, pero no sabemos cómo buscar. Porque, al final, solo quienes hemos atravesado la tormenta podemos acompañar a otros desde la compasión, sin juicio.
Si estás leyendo esto y te sientes identificado, quiero que sepas algo: no tienes que llevar este dolor solo. La tanatología puede ser tu camino hacia la sanación. No es un proceso fácil, pero es posible. ¿Estás listo para transformar tu dolor en fuerza? Estoy aquí para acompañarte en ese viaje.
¿Has vivido una pérdida que aún te pesa? No tienes que hacerlo solo. Contáctame y juntos encontraremos el camino hacia la paz.