No te deseo un back to school… feliz

Llegamos a los meses de Back to School y el mundo huele a motivación. La vuelta a la escuela, los cuadernos nuevos, relucientes, con su montón de hojas en blanco. Desde el fondo de mi corazón, no te deseo un regreso a clases feliz. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? Ya la perdimos… ¡No! Sigue leyendo.

La felicidad no es un estado al que llegas y ya está, no te puedes sentar sobre ella el resto de tus días. El mundo es, por naturaleza, inestable, cambiante; sobrevivir en él se parece más a hacer equilibrio sobre una pelota enorme, no esperas a que la pelota se quede quieta ni te crees capaz de inmovilizarla con un chorro de felicidad. 

Yo te deseo que este curso esté lleno de propósito, de sentido. Que te levantes cada mañana sabiendo, o en proceso de averiguar, tu «por qué» y tu «para qué». Te deseo que sientas placer, alegría, entusiasmo. Pero también te deseo que si un día no los sientes, si como persona que eres, te levantas con el pie izquierdo y te atropellan el enojo o la tristeza, sepas que no es el fin del mundo. Que puedes encontrar el sentido de tu vida en tu misión, que no hace falta que te sientas bien todo el tiempo.

Te deseo que tengas la voluntad de aceptar todas las emociones que trae consigo una vida plenamente vivida. Que, si es el precio a pagar, pagues gustosamente con incomodidad, miedo, vulnerabilidad o tristeza, para convertirte en la persona que quieres ser. Espero de corazón que te dejes fascinar por el mundo, que te involucres en lo que tienes alrededor, que dejes que los demás te conozcamos, que te expongas, te lances, te arriesgues.

No busques la felicidad. Suena a porcelana china muy cara, que se puede romper solo con estornudarle cerca. En lugar de eso, busca la libertad. Busca ser la persona más amplia, más inclusiva, con más capacidad de respuesta que puedas ser. Buscar la felicidad quiere decir, a menudo, huir de la infelicidad. Y eso te convierte en una bola de billar, que va de aquí para allá tratando de encontrar el camino de menor resistencia.

Y ahí te va una verdad incómoda: tus sueños no están al final del camino de menor resistencia. Ni siquiera buscar la satisfacción en tu presente es sencillo, requiere que seas paciente, persistente, que te mantengas ecuánime. Requiere ser capaz de sentarse con la incomodidad de prestar atención, aquí y ahora, pero no que seas feliz. Buscar la felicidad en el presente, de hecho, es la forma más rápida de perderse todo lo demás.

Espero que no tengas un regreso a clases, feliz.  Porque lo contrario de ser feliz no es ser infeliz, es ocuparte de lo que te importa. Es interesarte, es fascinarte.

Me encantará saber lo que piensas y cómo vives este regreso, ¡escríbeme! Y si quieres contar con apoyo profesional o si estás buscando servicios de asistencia o entrenamiento mental y emocional, te invito a que te pongas en contacto conmigo. (@coach_elba)

Abrazos,

Elba.