Si tú puedes, yo también puedo

Hoy amanezco pensando que estoy en un momento de “TRANSFORMACIÓN AMOROSA”, donde NO tengo la posibilidad de hacerme a un lado para mi crecimiento profundo en forma integral: mi mente, mi cuerpo y mi alma.

En este proceso he tenido todo tipo de momentos, buenos y no tan buenos, donde la salud emocional, la corporal y la espiritual se han convertido en mi prioridad. Uno de mis aprendizajes más grandes en este año fue actuar en AMOR, por amor y para el amor, en todos los sentidos de mí y para mí; convirtiendo mi vida en un constante análisis sobre la forma en cómo me autoboicoteo y me convierto en mi peor verdugo. 

Preguntas vienen a mí: ¿Qué he logrado en este año? ¿Qué aprendizajes tan dolorosos y tan positivos tuve? ¿Cuántas veces la lección se me tuvo que presentar en mi vida para que viera y viviera desde otra perspectiva? ¿Cuál fue mi prioridad en este año: drama u objetividad? ¿Cuán sana me siento hoy? Tantas preguntas que contestar y en toda respuesta existía una palabra constante “RENACIMIENTO”, lo cual es literalmente soltar lo viejo e iniciar con nuevos caminos, nuevas creencias, nuevas formas de decidir. Sabiendo que puedo conectar con un millón de nuevas posibilidades y aún sabiendo todo esto… sigo sintiendo MIEDO. 

Conectando con todo lo que te acabo de compartir, en amor, decido tomar mi miedo y eso me da la posibilidad de saber que estoy viva, que tengo que pensar bien lo que quiero y hacia dónde me quiero dirigir, dejando a un lado el DEBER SER. Aprender en amor a equilibrar mi vulnerabilidad y entender que esto es la magia de la vida misma. 

Tengo las ganas de salir adelante, de creer, de tener fé, de correr sin mirar atrás, de soltar, de amar libremente, de conectar con las personas de corazón a corazón, de trascender, de ser compasiva, de fluir con mi más profunda sabiduría y de saber que no existe algo mejor ni alguien más, que yo mi misma.  Deseo tener la paz necesaria para tomar las riendas de mi vida y comenzar desde mi renacimiento, perdonándome y aceptando lo imperfecta que soy y lo bella que soy a la vez.

Si por algún momento sentiste lo mismo que yo o tuviste las mismas dudas, te invito a que tomes lo que sientes sin juicio y que cierres este año con voluntad; tomando tus miedos, tus alegrías, tus tristezas y de ahí, te tomes a ti misma para que nunca más desistas de este camino de renacimiento y amor puro hacia ti.