Carboxiterapia: lo que nadie te había contado sobre este tratamiento que regenera tu piel desde dentro
Belleza, SaludHay ciertos momentos en los que una se mira al espejo y nota cosas que antes no estaban: una flacidez leve aquí, una ojera más marcada allá, o esa celulitis que parece resistirse a todo. Y aunque sabemos que el amor propio no depende de una piel perfecta, también es válido querer sentirnos mejor y buscar algo que nos ayude a vernos como nos sentimos por dentro.
Ahí es donde entra la carboxiterapia. No es magia, no es una moda nueva. Es un tratamiento que viene ganando fuerza por una razón muy simple: funciona.
Pero… ¿Qué es exactamente?
La carboxiterapia consiste en aplicar pequeñas dosis de dióxido de carbono (CO₂) justo debajo de la piel. Suena raro, lo sé, pero el cuerpo lo reconoce y reacciona. ¿Cómo? Oxigenando mejor los tejidos, activando la circulación y ayudando a producir colágeno y elastina —los ingredientes secretos de una piel firme y luminosa.
Lo interesante es que este tratamiento se usaba desde hace décadas en medicina vascular para mejorar la circulación. Con el tiempo, los beneficios sobre la piel, las ojeras, la celulitis e incluso la recuperación postparto empezaron a notarse… y a valorarse.
¿Por qué a tantas personas les está funcionando?
Porque no solo trabaja lo estético, sino que mejora la salud de la piel desde adentro. Algunos beneficios reales y visibles que muchas personas han notado:
- Piel más firme en zonas como el abdomen, brazos y piernas.
- Reducción visible de celulitis.
- Ojeras menos marcadas y mirada más descansada.
- Mejor circulación, menos pesadez en piernas.
- Apoyo en procesos de recuperación después del embarazo o pérdida de peso.
Y lo mejor es que los cambios no son instantáneos, pero son progresivos y reales, lo que significa que el cuerpo está haciendo su trabajo de regeneración.
Lo que nadie te dice
Sí, lleva agujas. Sí, puedes sentir una ligera molestia (como una presión o calor), pero es tolerable. Y sí, necesitas varias sesiones para ver resultados. No es un tratamiento exprés, pero si vas con constancia, los resultados se sienten y se ven.
Y como todo, la clave está en combinarlo con lo básico: comer bien, moverse, dormir, tomar agua. No es que sin eso no funcione… es que con eso todo mejora.
¿Para quién es?
Para quien quiere algo más que cremas.
Para quien está haciendo cambios y quiere un impulso extra.
Para quien se cuida y quiere una piel que refleje ese esfuerzo.
O simplemente para quien quiere sentirse mejor en su piel, sin filtros.
La carboxiterapia no es un milagro, pero sí una herramienta que puede marcar una diferencia real. Es como un recordatorio suave al cuerpo de que puede regenerarse, de que puede volver a brillar. Y a veces, eso es justo lo que necesitamos: una ayuda amable, silenciosa, pero poderosa.
Nutriologa Evelyn Galindo
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@nutriologa_evelyn_galindo