Cual es tu after taste de este año

Días, horas, sueños que se dieron y aquellos que tuvieron que esperar un poco más, llegaron personas que movieron nuestra vida hacia todo lo bueno, bonito e inesperado, y probablemente, se alejaron seres que terminaron su ciclo en nuestro transitar. Y ¿Por qué no? Un año más de pandemia, de darnos cuenta que requerimos de una transformación colectiva para despertar algo a nivel interno, movernos de lo incómodo y atravesarlo, sin cuestionarnos tanto, 365 días más de mantener distancia física de aquellos que amamos y necesitamos abrazar, proyectos que quedaron en pausa y reuniones a través de pantallas. 

Este año nos ha enseñado tanto, a establecer una relación más cercana y sincera con nosotros mismos, a practicar cuestiones que nadie más ve, las cuales se notan en todo el exterior, porque poco a poco hemos logrado construir esa necesaria y bendita complicidad con nuestra persona, en la privacidad, en lo más íntimo y profundo.

Personalmente, mi “aftertaste” de este año sería éste: el entender después de tanto y de todo, que, sólo así, podemos conocernos y reencontrarnos, entender desde una postura empática, sin alguna autocrítica agresiva qué me hace actuar y pensar de determinada manera, aceptarme y amarme mucho en cada una de mis facetas. Entenderme en cada año que cambio, cada mañana, cada dificultad y sonrisa, siendo elemental el aprender a no justificarse, recordando al amor como aceptación, pero también, como aquel reconocimiento y recordatorio que es válido tener cosas que cambiar, transformar.

Dentro de este camino de autoconocimiento, otorgarle un real valor a mi persona, olvidar el estereotipo de “amor propio romantizado”, éste, no es sinónimo de camino a la perfección, esto, no nos libra de ser humanos. Aprender a humanizarnos y normalizar nuestros sentimientos, será la promesa más grande de amor propio. Con esta forma de amor, también viene la autocompasión, el practicar que mi valor reside en mí esfuerzo y no en el resultado.

Por eso, en este momento, mañana, el siguiente año o cuando tú lo decidas y así lo desees, te invito a ser tu mejor aliado, un observador que se percibe a sí mismo de la forma más amable y empática posible, prestando atención a la manera en la que te hablas, te tratas, te amas. Abrir un diálogo interno en el que busques soluciones, tengas la humildad y objetividad presentes para iniciar el camino que tú decidas. Buscar y establecer un “common ground” entre dónde estás y a dónde quieres llegar. 

Para finalizar este ratito contigo, te recomiendo hacer una lista de las cosas que serán no negociables para ti, incluyendo aquellas que más necesites en esta etapa de tu vida y transfórmalas conforme vayan cambiando tus necesidades. 

Por ejemplo: 

-Al despertar o en algún momento libre de tu día, tener una small prayer, agradeciendo cada elemento de tu vida, como todos esos factores que conforman tu esencia. 

-No ver el celular al despertar.

-Limpiar tus espacios antes de dormir.

-Brindar cuidado a tu ambiente; estar en ambientes que te inspiren y ayuden a cumplir tus objetivos.

Entonces… ¿Cuál es tu “aftertaste” de este proceso en el que te encuentras? ¿Del año que termina? ¿De ti? ¿De tus proyectos y sueños? 

Dale el sentido con el que más te identifiques y te sientas en paz. 

Feliz término de año, deseo que te reencuentres en cada instante del nuevo ciclo que comienza.