¡Aprende a soltar!

¡Qué difícil es decir adiós a lo que un día nos hizo feliz!

Tenemos miedo de soltar aún sabiendo que después de esa frontera viene el ingrediente que hoy en día es el más escaso: la paz interior. Nos dicen que nos aferremos, cuando la gran batalla en muchos casos consiste en simplemente soltar. Confundimos el fluir con el forzar, no todo lo que es para nosotros nos tiene que quebrar para quedarse.

Para evolucionar hay que aprender a renunciar a todo aquello que no encaja y que no se adhiere a nuestro molde. Hay personas y proyectos que en un determinado momento embonaron de manera perfecta , pero ese hecho no significa que deban hacerlo por siempre. Lo más cómodo es quedarse o seguir abriendo las puertas, pero requiere de gran valor el cerrar y soltar. Soltar el equipaje de sobra, los complejos, las ganas de ser alguien más, las inseguridades, etc.

Estamos tan desesperados por encontrar respuestas y al no tenerlas, dejamos de cuestionarnos y eliminamos la magia de lo incógnito.

Las personas no somos estáticas, somos tan dinámicas que así como damos amor, también lastimamos, también somos tóxicos. El ponerte en primer plano no significa que seas egoísta, a veces se requiere de una dosis alta de amor propio para elegirte a ti.

Somos seres libres y nos hemos convertido en seres coleccionistas. ¿Qué ironía no? Queremos arreglar todo, pero no somos capaces de reunir todas nuestras piezas para reconstruirnos. Para florecer hay que podar nuestro jardín, hay que cuidar nuestro suministro de agua y los rayos de luz. Es una tarea tan propia y sin embargo, lo hemos delegado a muchos, que no le han dado el valor correspondiente, que fuera de embellecerlo, tratan de opacarlo.

A veces el peso de retener a alguien o algo por mucho tiempo, te debilita, te desvanece. Suéltalo y no lo retengas por el recuerdo, libérate y deja que esas cadenas te dejen liviano. Para que vengan personas y proyectos nuevos, hay que dejar de ocupar espacios innecesarios.

Lo mágico de la vida, es entender que cuando sueltas todo aquello que no te aporta y no te hace crecer, en ese momento estás eligiendo sostenerte a ti misma.