El inicio del año: más que promesas, un compromiso con tu mente
Autoguía, WellnessCada inicio de año nos llena de entusiasmo. Hacemos listas de propósitos y visualizamos cómo queremos que sean los próximos doce meses. Sin embargo, para marzo, muchas veces hemos dejado de lado esas metas. ¿Por qué? Porque nuestra mente, fiel a sus hábitos, tiende a regresar a lo que ya conoce, incluso si no nos beneficia. Esto sucede porque no entrenamos nuestra mente para sostener lo nuevo.
El entrenamiento mental es como ejercitar un músculo: si no practicamos lo aprendido cada día, volvemos a patrones conocidos. Cuando el entusiasmo inicial desaparece, podemos caer en conductas de riesgo sin darnos cuenta. Todo comienza con el enojo hacia nosotras mismas por no cumplir lo que prometimos, seguido de tristeza. Luego, observamos qué hacen otras mujeres y nos comparamos, lo cual alimenta nuestra frustración. Eventualmente, podemos caer en la ansiedad, la enfermedad del siglo.
Las fases del proceso: una guía consciente
Más allá de prometer, debemos entender que todo cambio implica un proceso compuesto por estas cuatro fases:
- No sé que no sé: Ignoramos que hay algo por cambiar o aprender.
- Sé que no sé: Reconocemos nuestra falta de conocimiento y comenzamos a buscar soluciones.
- Investigo y tomo acción: Empezamos a practicar nuevas herramientas y enfrentamos desafíos.
- Desarrollo lo aprendido: Integramos lo nuevo y lo hacemos parte de nuestra vida diaria.
Muchas veces escuchamos frases como: “Hiciste lo mejor que pudiste con las herramientas que tenías”. Aunque es cierto, estar conscientes y dispuestas a vivir este proceso marca la diferencia. Es aquí donde debemos recordar la regla de la mente: siempre busca regresar a lo conocido.
Podemos evitar caer en conductas de riesgo si entendemos esta regla y estamos dispuestas a pagar el precio del proceso, que incluye tiempo y paciencia para consolidar el cambio.
Transformar promesas en acciones concretas
El problema no son las promesas, sino la falta de un plan con metas claras y pasos a corto plazo. Las tareas diarias, aunque pequeñas, son esenciales para mantenernos enfocadas. Entrenar la mente implica practicar diariamente lo aprendido, creando nuevos hábitos que eviten regresar a lo anterior.
Recuerda que el camino no será perfecto, pero el compromiso con tus metas hará que el entusiasmo y tu cerebro trabajen a tu favor, incluso cuando las cosas no salgan bien a la primera.
Hazlo posible
Este año, decide avanzar con claridad, paciencia y constancia. Sé consciente de lo que deseas, acepta el proceso y mantén el enfoque en tus objetivos. Solo así lograrás construir la vida que sueñas.
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Hazlo posible, llega a donde solo tú puedes.