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Ser mujer

Autoguía, Mamá
Lectura: 2 minutos
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Ser mujer nos da la posibilidad de vivir y de crear vida, pero, ¿qué pasa cuando el rol de ser madre es impuesto y no elegido? Por muchos años, la mujer ha sido inculcada con creencias sobre el rol que “debe” de ejercer, sobre todo en una sociedad patriarcal, en la cual la mujer, muchas veces, es reducida a ser sumisa y silenciosa. 

Por mucho tiempo, las mujeres y madres obtenían un rol definido por la crianza y educación de los hijos, así como las labores del hogar. Idealmente, este rol de madre se veía acompañado de un padre proveedor para su familia. Hoy en día, es cada vez más común que las mujeres sean las proveedoras del hogar o que aporten en gran medida a las necesidades económicas, de modo que estos roles van cambiando. 

Poco a poco, la mujer ha obtenido más derechos y cada vez se observa más igualdad de género; sin embargo, es una realidad que aún la mujer se enfrenta a una lucha de creencias colectivas de roles de género y esto, muchas veces, puede ocasionar culpa y/o ansiedad. 

¿Alguna vez has sentido que “debes” de agradar? ¿Te cuesta trabajo decir que no? ¿Sientes que tienes que verte bonita y ser femenina? ¿Te preocupa no casarte y ser “una quedada”?

Todas estas creencias e ideas forman parte del colectivo que como mujer te han hecho pensar que “debes” de cumplir con un rol que se basa en estereotipos de género. Algo así como: los hombres no lloran y las niñas bonitas no se enojan. 

Anteriormente (y aún en la actualidad), la mujer crece con estas creencias y carga con esta sucesión. La mujer acepta pasivamente el papel en el que se le premia la procreación, esto por medio de modelos de conducta que aprende desde niña, se le determinan funciones en el cuidado y servicio de los hermanos, en sus juegos y tempranamente, se le enseña a hacer “la comidita” y a cuidar a sus muñecas… después se aplaudirá su belleza.  

Todos estos estereotipos de género juegan un papel muy importante en la formación de la identidad. Desde pequeña, se le da valor a una niña por ser femenina, jugar un rol maternal (con sus muñecas), ser educada y estar al servicio de los demás.

Hoy en día, las mujeres se enfrentan a una gran presión por ser profesionales y exitosas, al mismo tiempo que se les espera sean madres, buenas cuidadoras y por si fuera poco, cumplan con ideales de belleza. ¡Qué pesado! 

¿Cómo puedo lidiar con todas estas expectativas y roles impuestos sin volverme loca? 

¡No tienes que cumplirlos! Hay mujeres que buscan casarse y tener hijos, ¡y está bien! Hay mujeres que no se casan y no tienen hijos, ¡y está bien! Hay mujeres que no se casan y tienen hijos, ¡y está bien! Si trabajas, si no trabajas, si eres ama de casa o si trabajas y eres ama de casa al mismo tiempo… lo que decidas, ¡está bien! 

Tú eres mujer, pero no estás condenada a cumplir nada que no te haga feliz o no te acerque a tu autorrealización. Tampoco tienes que cumplir con estereotipos ni roles de género. Las mujeres no sólo usan vestidos rosas y su felicidad no se basa en un ida al salón de belleza o en convertirse en esposas y/o madres. 

Recuerda: 

  • No “fallaste” como mujer si decides no ser madre. 
  • No eres una mala madre si trabajas. 
  • No “debes” de cumplir con ningún rol. 
  • Haz consciencia de las creencias que tengas y deshazte todo lo que ya no te sirva. 
  • Destina tiempo de calidad para ti misma, no es egoísta. 
  • Aprende a decir que no. 
  • No juzgues a otras mujeres por decidir diferente a ti. 
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Por: Paola Parker