Skincare: ¿Una moda o realidad?

Desde hace unos años la palabra Skincare tomó mucha fuerza y presencia en todos los medios, ¿pero sabemos qué implica y qué significa realmente? ¡En este artículo te saco de dudas!

Skincare es “cuidado de la piel”, pero su contexto occidental se refiere específicamente al cuidado del rostro y tiene una base muy fuerte oriental, sobre todo coreana. Resulta que la cultura coreana es el epítome del cuidado de la piel, y claramente lo vemos con los miles de productos coreanos que prometen maravillas. En ese país se tiene como costumbre cuidar de la piel y el cuerpo en general, y tienen “templos” o spas llamados Jimjilbang, donde cada fin de semana asisten familias enteras a disfrutar de varios servicios como aguas termales, baños de vapor, exfoliación corporal, faciales especializados y otros servicios especiales. Son amantes de los productos hidratantes y, claro, del protector solar. Sin embargo aquí en occidente apenas comenzamos a tomar interés por estos temas y tratamientos, ya que nuestra cultura está más enfocada en el “resultado instantáneo”, por ello los productos, servicios y el consumo son diferentes: nuestra cultura es amante del maquillaje y tapar imperfecciones, de los servicios que ofrezcan un buen aspecto rápido como las pestañas postizas, entre otros. 

Pero, ¿por qué es bueno procurar un cuidado de la piel, del cuerpo y en específico del cuidado constante y permanente? Primeramente nos da salud, ya que el órgano  más extenso que tenemos es la piel, y al mantenerla hidratada y en óptimas condiciones nos permite en muchos casos protegernos de los agentes externos como la contaminación, polvo, suciedad, etc. 

En segundo lugar, ayuda a prevenir lo signos de la edad, tales como las líneas de expresión que surgen con más rapidez en aquellas personas que carecen de una limpieza adecuada y no hidratan ni humectan su piel; o las manchas que surgen por la exposición al sol  y otros rayos que proceden de medios artificiales como del celular y la computadora y la falta de uso de FPS.

En tercer lugar, eleva nuestra autoestima. Tener un rostro con un aspecto que sea agradable para nosotras nos hace sentir más confiadas y seguras, y todo eso se refleja sin duda. Por ejemplo, a algunas la adolescencia nos pegó de golpe o tuvimos un cambio hormonal que alteró nuestra piel y se refleja en marcas, manchas o un aspecto que no es de nuestro agrado. Sin embargo, ser consciente y comenzar con un cuidado integral de la piel, como tomar faciales especializados y productos adecuados para nuestro caso, ayudan en un 90% a mejorar esa condición. 

En conclusión, el cuidado facial es una realidad, pero debe ser un cuidado integral, que sea constante y consciente, como dicen “Roma no se construyó en un día”, todo buen resultado lleva tiempo. No confundamos Skincare con esos comerciales y productos que prometen milagros, de nuevo nada es instantáneo o al menos nada real y sano. Y siempre acude con tu cosmiatra  especializada para que te asesore y te oriente sobre qué tratamiento es adecuado para ti.