¡GRACIAS POR FORMAR PARTE DE ROSELLA! #JUNTASHACEMOSMÁS

QRO
PAC
Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine Rosella Magazine

El día que dejé de ser yo (y me encontré)

Autoguía
Lectura: 2 minutos

Inició la pesadilla más fuerte, la misma que hoy me ha transformado en una mujer positiva que disfruta la vida y sonríe.

Me enfrenté a mi primera quimioterapia. Iba llena de miedo, pero desconocía todo el proceso. Tu médico te lo explica, pero hasta que lo vives, realmente sabes de qué se trata.

El primer evento devastador fue perder mi cabello. Fue el impacto más fuerte y doloroso.

Ese día sentí que había perdido mi esencia, mi personalidad; mi vida se derrumbó: la vida social, emocional, física e incluso la económica. A partir de ese momento, ya no quedaba nada rescatable de la mujer que era antes.

Y aún venían otros sucesos igual de fuertes y devastadores: dolores insoportables y un miedo inmenso.

Para la segunda quimioterapia ya no tenía cabello, cejas ni pestañas. Mi piel había cambiado, y todos esos eran cambios (terribles) en mi cuerpo.

Hubo días en los que no quise hablar con nadie. Me aislé completamente; no quería convivir con nadie, ni exponerme a ser etiquetada por una sociedad que muchas veces carece de cultura frente a esta enfermedad.

De sentirme empoderada, llegué a sentirme nada.

El mundo que conocía se había acabado, y ahora debía enfrentar tratamientos, médicos, medicamentos, dolores, cambios en mi cuerpo y, por ende, en mi vida.

Fui atravesando uno a uno los procesos, y cada uno resultaba más devastador que el anterior.

Lloraba de madrugada por miedo e incertidumbre, rogando tener salud y que nada me ocurriera.

No fui valiente ni guerrera por elección. Simplemente, no tuve alternativa.

Rosella Magazine
Rosella-Magazine
ABOUT

Por: Rosella Magazine