Síndrome del impostor

¿Alguna vez has sentido que no perteneces a un grupo, como si las otras personas fueran a descubrir que eres un fraude? ¿Has sentido que no mereces tu trabajo o tus logros?

Si respondiste afirmativamente a estas preguntas, puede ser que estés experimentando el  Síndrome del Impostor, pero tranquila, alrededor del 70% de las personas experimentan estos sentimientos en algún momento de su vida.

Hoy queremos contarte un poco acerca de este  síndrome para que aprendas a identificarlo y ganarle. 

El Síndrome del Impostor se refiere a una tendencia a criticar lo que hacemos con excesiva severidad. Es un trastorno psicológico en el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar los logros. Se presenta en dos niveles: en algunos casos es algo temporal que cede con el tiempo y no deja huellas. En cambio, en otros casos, se trata de una condición que va empeorando paulatinamente. Los afectados llegan incluso a paralizarse emocional y socialmente, por miedo a que su supuesta identidad secreta sea revelada. Este tipo de personas también tienen una fuerte tendencia a ver todo en términos de blanco o negro; si algo es bueno, no debe mostrar ni el más mínimo error, debe ser impecable. De lo contrario, es malo. Son tan exigentes sus requisitos que por eso nada se ajusta a ellos.

La forma en cómo este “Síndrome del Impostor” repercute en la vida es incierta. A veces, las personas se convierten en trabajadores exagerados. Le invierten muchísimo tiempo a cualquier tarea para demostrar que sus logros son fruto del trabajo arduo y no del azar. Otras veces, hay tanta angustia que la persona posterga todo lo que debe hacer por miedo a obtener un logro, y con ese logro, un nuevo sentimiento de culpa.

Si te sentiste identificada con todo esto, aquí te damos unos consejos prácticos para evitarlo:

Perfeccionismo positivo.

Las personas perfeccionistas se preocupan mucho por el qué dirán, el camino del otro, miedo al fracaso, críticas y errores. En lugar de dejar que esto te domine, enfócate en esforzarte lo mejor posible sin necesidad de la aprobación ajena, hazlo por y para ti.

Acéptate tal y como eres.

Es importante entender e internalizar que no lo sabes todo y que eso está bien. Es humanamente imposible conocer y ser expertos en todo. Haz las preguntas que sean necesarias, busca ayuda y ten la paciencia de aprender siendo tú misma.

Valora tus logros.

Siéntete orgullosa de tu recorrido, mira hacia atrás y presta atención a todo lo que has avanzado en los últimos años. Has trabajado duro por ello y mereces la felicidad, y en el futuro practica la visualización para tener siempre presente el sentimiento que conducirá tu camino en los días difíciles.

No dejes que tu mente gane.

Practica el positivismo realista, alimenta tu alma con lecturas positivas, audios de crecimiento y videos de superación.  Recuerda que tu mente es poderosa y guía tus acciones. Lo que piensas te hace sentir y actuar de manera diferente. Practica la afirmación.

Deja la comparación.

No compares tu inicio con la mitad del cuento de otro. Honra tu momento y ten la certeza de hacer todo lo que está disponible para ti en ese momento. Enfoca tu energía en lo que te hace feliz y verás cómo el éxito es consecuencia de tu constancia.

Sabemos que el síndrome del impostor es una batalla constante, pero estamos seguras que estos consejos pueden ayudarte a sentirte mejor, así que ponlos en práctica  y cuéntanos cómo te va.

Texto de Sofía Ontiveros @lunadesalem