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Se cierran ciclos y se abren nuevos

Autoguía
Lectura: 2 minutos
Rosella Magazine

Cada vez que nos enfrentamos a cambios, normalmente nos enfrentamos a cierres y apertura de nuevos ciclos, donde el miedo, la tristeza y quizá la ira, nos sacude. En todos estos procesos que vivimos como seres humanos, en vez de asumir que son procesos “normales”, a veces nos aferramos; hacemos todo lo que está en nuestras manos para que nada cambie o nada se acabe, porque no tenemos la apertura de conocer nuevos caminos.

¿Cuántas veces no has escuchado que nada es eterno, que nada es para siempre? Al menos yo cuando lo escuchaba, me sentía un poco aturdida y presionada, porque la comodidad era muy buena y no me quería mover cuando las cosas iban bien. Pero cuando iban mal, entonces, ¿qué crees? Se me hacía eterno el momento en que las cosas pudieran cambiar y es ahí cuando mi consciencia despertó.

O sea, era conveniente que no cambiara nada cuando yo estaba bien y cuando no, esperaba con muchas ansias que las cosas sucedieran lo más rápido que se pudiera. Justo en ese momento mi conciencia despierta y acepto que por un momento, me movía en lo que era conveniente y mejor para mí. No aceptaba que todo era evolutivo, que todo inicia y todo termina, y que nada es eterno.

Sin embargo, me empezaron a caer algunos veintes, donde me enfrenté a diferentes creencias que me fueron inculcadas cuando yo era chica. Una de ellas es cuando me casé la primera vez, yo pronuncié y prometí que me casaba hasta que la muerte nos separara, cuando en realidad debería de haber hecho un compromiso “hasta que el amor perdurara; tomando la decisión y eligiendo de manera libre, año tras año, lo que yo quiero para mí y para la persona que estaba a mi lado. O cuando me enfrenté a la muerte de seres queridos, no quería que murieran y deseaba que durarán toda la vida, cuando sabemos que cuando nacemos lo único que tenemos seguro es el boleto de regreso, que es la muerte.

Es así como poco a poco me cayeron veintes y supe que no puedo aferrarme a nadie ni a nada, que todo tiene un principio y un fin. Y cuando acepté eso, entonces me di cuenta de que cuando se cierra una puerta, siempre se abren nuevas. 

A veces los seres humanos nos aferramos a lo que teníamos, porque no conocemos lo nuevo y pensamos que nada podrá ser mejor (sonrío al escribir esto) porque eso es una creencia limitante, ya que hoy sé que todo cambio viene para bien mío. El camino yo decido cómo vivirlo, y quisiera hacerte una pequeña sugerencia: DA EL SALTO DE FE, confía en que los caminos de Dios, el universo o en quien tú creas, es lo mejor que puedes hacer. NO tenemos el control de nada y fluir como el agua, aunque no nos gusten ciertas cosas, es lo mejor que puedes hacer porque ahí está la sabiduría más grande, que es el proceso normal de la vida: la INCOMODIDAD.

Se cierran ciclos y se abren nuevos, todo es cíclico y todo es maravilloso, depende de ti cómo lo quieras vivir. No te pierdas todo lo bueno que viene para ti, porque, ¿qué crees? La vida te puede sorprender, ya que lo mejor siempre está por venir.

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Por: Loretto Rodas